En una publicación anterior comenzamos a hablar de la validez judicial del correo electrónico. La validez en soporte de papel como prueba documental suele ser una mera impresión del correo electrónico o, incluso, en ocasiones una transcripción, por tanto conforme a las reglas generales acerca del valor probatorio.
La mejor alternativa para que un correo electrónico sea aceptado como prueba en cualquier proceso, sin posibilidad de refutación y con garantía de validez, es utilizar un sistema de envío de email certificado. Estos sistemas se basan en que un tercero actúa como intermediario, como si fuera un notario, o de forma similar a lo que ocurre con los burofax que se envían a través de Correos. El intermediario da fe de la veracidad del contenido de correo, fecha de envío/recepción, direcciones IP de envío/recepción, etc…
En cuanto a la impugnación de la validez judicial del correo electrónico, el art 326.3 LEC remite al art 3.2 LFE, pero esta última solo hace referencia a documentos electrónicos con firma avanzada o reconocida, por lo que nuevamente sería recomendable la aportación del dictamen pericial, siendo igualmente valorable por el Tribunal conforme a las reglas de la sana crítica.
Además, el email puede ser firmado digitalmente mediante certificado o firma electrónica. En este caso quedará acreditado la integridad de su contenido y autenticidad.
Correo electrónico verificado en informe pericial
El hecho de que un correo electrónico o email no venga avalado por la certificación de firma electrónica —ni avanzada ni reconocida— no implica que no pueda ser valorado como prueba, pues el artículo 326 de la Ley de Enjuiciamiento Civil no impide que su autenticidad pueda quedar acreditada por medios distintos del reconocimiento —por ejemplo, acudiendo al comportamiento de las partes en relación al contenido y realidad del correo—. En estos casos es recomendable contactar con un perito informático.
Este profesional se encargará de realizar una copia de seguridad de los correos en cuestión, de asegurar su no alteración mediante la generación de una cadena de comprobación HASH y de analizar sus cabeceras y sus contenidos, para emitir un informe en el que detallará toda la información que de dichos correos pueda obtener.
Esta es la mejor forma de asegurarse que los correos puedan ser admitidos como una prueba válida y de evitar las posibles impugnaciones por la parte contraría que, en caso de realizarse, muy probablemente requerirían la emisión de otro informe pericial en contra, con el sobrecoste que ello podría generar.