El concepto de la neutralidad de la red se basa en que todos los paquetes de datos que viajan por Internet deben ser tratados de la misma forma independientemente de su contenido.  Aunque la red no es neutral y nunca lo ha sido, respetar este principio impide que las operadoras establezcan un canal rápido para contenidos a los que les interese dar prioridad (de pago).

El principio de neutralidad de la red en Internet establece que la información sea transmitida sin discriminación, esto es, que sea tratada con igualdad, independientemente de su naturaleza, origen, destino, o cualquier otra circunstancia. Tim Berners-Lee, creador de la WWW, matiza que la conexión debe darse, además, con la calidad contratada.

La neutralidad de la red es el mejor mecanismo para evitar discriminaciones en el acceso a  internet y a sus contenidos, y por ello, para proteger las libertades de expresión y de información . Eliminarla derivará en un nuevo tipo de censura privada, realizada por los ISP, que serán los vigilantes de facto de la Red.

Un derecho que el Manifesto por una Red Neutral define así:

 (…) los ciudadanos y las empresas tienen derecho a que el tráfico de datos recibido o generado no sea manipulado, tergiversado, impedido, desviado, priorizado o retrasado en función del tipo de contenido, del protocolo o aplicación utilizado, del origen o destino de la comunicación ni de cualquier otra consideración ajena a la de su propia voluntad. Ese tráfico se tratará como una comunicación privada y exclusivamente bajo mandato judicial podrá ser espiado, trazado, archivado o analizado en su contenido, como correspondencia privada que es en realidad.

Además, según estos colectivos, proteger la neutralidad de la red supone también proteger otros derechos fundamentales de los ciudadanos. No debemos olvidar que para ver de dónde vienen los datos o quién los está emitiendo, se debería vulnerar el derecho a la privacidad o el derecho al secreto de las comunicaciones para que la ISP pudiera saber quién se conecta o qué aplicación está utilizando.  Según una multitud de estudios europeos, en los años venideros el volumen de datos en internet iba a multiplicarse hasta límites inasumibles lo que seguramente llevaría a la congestión de las autopistas de la información. Una situación que, de no solucionarse, provocaría sobrecargas y bloqueos temporales en el servicio de internet y la aparición de más vulneraciones del derecho a la neutralidad.